Mercedes, que acaba de enviudar de Ramón, rememora con nostalgia sus años de matrimonio para llegar a la conclusión de lo infeliz que fue. Doña Tomasita, una extraña vidente le hace ver que su vida habría podido ser diferente y, sin duda, mucho mejor, si un día, a la salida de una tienda de flores, hubiera aceptado la invitación del joven Miguel Ángel a compartir un taxi.