Este libro se propone tratar ese tremendo conflicto armado entre la Cristiandad y el islamismo, que tomó la forma de la Primera o Gran Cruzada. Gibbon, en una expresión concisa, como todas sus fraudulentas sentencias, y mucho más exacta que la mayoría de éstas, denominó a este importante episodio de nuestra historia "La disputa mundial". Ese momento de la Historia no debe ser olvidado por ningún hombre moderno que haya incurrido en el error de creer que Asia ha caído por fin bajo el dominio de Europa, y que el islamismo está ahora esclavizado, al menos bajo nuestro poderío político y económico, ya que no por nuestra filosofía. No es así. El islamismo subsiste en lo esencial, y no habría sobrevivido si la Cruzada hubiera conservado en su poder ese punto esencial que es Damasco. El islamismo subsiste. Su religión está intacta, y, por lo tanto, su fuerza material puede volver a manifestarse. Nuestra religión, al contrario, está en peligro de ser disuelta. Hilaire Belloc (1937).