América del Sur es un continente rico en agua dulce. Para Elsa Bruzzone esto es una bendición, pero puede convertirse en una maldición. El agua potable es un bien escaso, que se ha transformado en el recurso estratégico del siglo XXI y puede convertirse en la base de graves conflictos bélicos. La atención que antes se ponía en el petróleo podría trasladarse hoy al agua. Las grandes potencias son plenamente conscientes del agravamiento de la situación y de que en las próximas décadas puede haber intensas sequías, hambrunas y escasez de agua potable. Han depredado sus recursos naturales y ahora dirigen su mirada a aquellas regiones que aún conservan los suyos. De saber cuidarlos depende la supervivencia de los pueblos y del mundo. De todos depende construir una cultura de la vida, que apueste por el presente y el futuro o mantener la cultura de la muerte, que acaba con la especie humana, la vida vegetal, la vida animal, la naturaleza y el planeta.