Las minas del rey Salomón (1885) fue la primera novela de aventuras ambientada en África en inglés. Con ella, Henry Rider Haggard creó a su personaje predilecto, el cazador Allan Quatermain, un hombre de acción cuyas relaciones con los nativos oscilan entre la mano dura y el paternalismo, entre el desprecio y la admiración. Aunque redactada en una prosa sencilla y concisa —al autor sólo le llevó algo más de un mes—, la historia resulta tan extraordinaria, según su propio protagonista, que no necesita del adorno de las bellas palabras.