«Yo he sido un hombre de cinco mujeres», confiesa el historiador Justo Adriano Alemán a su joven confidente, el narrador de esta novela. Sus palabras abren un mundo de planetas sonoros, poblado de secretos: Regina Grediaga, Carlota Besares, Ana Segovia, María Angélica Navarro, Cecilia Miramón. Se ha dicho clásicamente que los autores no deberían medirse sólo por su capacidad de crear grandes héroes o villanos, sino también heroínas de carne y hueso. Una clave narrativa de Aguilar Camín es la construcción de admirables personajes femeninos. Las mujeres de Adriano es varias cosas: una novela de pasiones cruzadas -la sexta del autor-, un poema dramático, un breviario de amores, una escuela de la memoria, una calle con cinco sentidos. Y al final, la vaga melancolía que nos depara la terminación de un gran libro. Las mujeres de Adriano es una historia perdurable que se va como agua. Página tras página el lector quiere saber más de esta confesión radical y risueña, que rompe con los prejuicios más añejos y tradicionales sobre el amor.