Existe cierto número de pequeñas virtudes que no causan ruidosa admiración; mas cuando están ausentes, las relaciones familiares se hacen tirantes y difíciles. Estas pequeñas virtudes son precisamente las que hacen soportable y agradable nuestra vida cotidiana. La vida familiar exige un gran número de pequeños deberes que a menudo suelen descuidarse, ya porque son numerosos, ya porque no parecen muy importantes. Chevrot ofrece en la presente obra una serie de charlas dedicadas a las pequeñas virtudes de los hogares: la cortesía, la humildad, la paciencia, la economía, la gratitud, la puntualidad, etc. Cada capítulo resume una experiencia. Sin trascendentalismos, con suprema sencillez, gracia, ternura y fervor apostólico, el autor expone las virtudes humildes que pueden conducirnos a una honrosa conducta de vida y una humana convivencia.