En Lenta demolición hay un bosque y hay niños abrazados a los árboles al atardecer de la última noche. Hay misteriosas inscripciones que alguien traza en las paredes de los edificios abandonados. Hay una empresa de derribos y obreros que saltan al vacío de tinieblas de los suelos abiertos y no vuelven. Hay una mujer misteriosa. Hay un fuego y un río y bandadas de aves oscureciendo el cielo al amanecer. Hay manos que en la oscuridad buscan otras manos y hay la memoria de una caricia descalza sobre la arena.