Mamen es una chica guapa y atrevida como pocas, aunque quizá un poco rara e introvertida. Le gusta el rock, la cerveza fría y el Bar del Belga. Tiene un gran corazón, pero apenas amigos, pues guarda un morboso secreto: disfruta de la caza, la caza mayor, y Nueva York es su coto, donde habitan sus trofeos. Pero una elección arriesgada hace que se vea envuelta en una difícil situación: el crimen organizado, Homicidios y el FBI inician una investigación tras sus huellas. Para su disgusto, la cazadora se convierte en codiciada presa. Mientras trata de ocultar su rastro, una ola de secuestros de niños, donde las madres son brutalmente ejecutadas, conmueve la gran ciudad. Parece la obra de un grupo terrorista o tal vez de un monstruoso psicópata, algo que atraerá de inmediato la atención cinegética de Mamen, que despierta en ella sus instintos más salvajes, sus instintos más humanos; pues ella también es una abnegada madre, una juiciosa ama de casa que tiene que lidiar con una suegra quisquillosa, un marido atormentado, dos gemelos traviesos y una pequeña ricitos que es todo un terremoto.