Preparar la celebración dominical es el reto continuado y profundo de los presbíteros y de los equipos que animan la «reunión cristiana en ausencia de presbítero». Hace falta un arte especial para lograr que lo que está escrito en un papel llegue a ser celebración viva, un encuentro de la comunidad cristiana con su Señor Resucitado. Las malas celebraciones ahuyentan de la celebración. No vale decir que hay «mucho material colgado en la red». A los materiales hay que llenarlos de vida y actualidad. Este material ha servido para «vivir la celebración dominical». Y servirá si al usarlo los responsables ponen vida. No vale leer lo escrito, sino actualizar lo escrito. Todo, para que la comunidad se pueda encontrar con su Señor, con su Palabra, con su gracia comunicada.