A Max no le gusta ver a la gente triste. La familia está de vacaciones, pero mamá está triste por la reciente muerte de la tía Anna. De paseo por el cementerio, ella le cuenta a Max que no cree en Dios y que tía Anna no está en el cielo. Para Max es todo un problema, pues a él le habían enseñado lo contrario. decide ayudar a mamá, pero sólo hacerlo si consigue realizar un milagro...