El joven Iker se equivocó dejándose guiar por su odio al faraón, que le ha adoptado, convirtiéndolo en el hijo real. Pronto sabrán que el adversario es el Anunciador, un ser maléfico que está reuniendo tropas en la frontera para invadir Egipto y destruirlo. Así, Sesostris le confía a Iker una misión especialmente peligrosa: entrar en Canaán para descubrir su guarida.