“Hay cosas banales que me han golpeado impetuosamente y que guardaré para siempre como la marca de un hierro candente, aunque sean necias y triviales”. Publicada por entregas en La Revue Blanche entre 1900 y 1901, nos encontramos ante una obra de claro carácter autobiográfico, donde se va a narrar en primera personas la vida de un artista joven, febril y de impulso rebelde. El protagonista narra ese ardor de la juventud realizando constantes digresiones, con las que podemos vislumbrar los conflictos interiores, las preguntas, miedos y obsesiones que se le plantean a un joven que se siente muy diferente al resto de sus congéneres. Este personaje anhela todas las cosas que el cree buenas de la vida: mujeres, lujo, dinero, y todo ello le conduce a crear un mundo imaginario lleno de ricas imágenes. Pone en el punto de mira a las mujeres y reflexiona sobre el papel de éstas, como acusándolas, en parte, de esa perdición que le conduce irremediablemente a la locura.