Mary McCarthy, una de las escritoras norteamericanas más interesantes del siglo XX, nos cuenta en este libro los avatares que experimentó durante su infancia, marcada por la muerte de sus padres, víctimas de una epidemia de gripe en el 1918. Los maltratos que sufrió a manos de su tío, las duras experiencias en un colegio de monjas, la difícil transición de la infancia a la adolescencia y el paulatino descubrimiento de su propia personalidad, descritos con una desbordante lucidez, conforman uno de los testimonios autobiográficos más impresionantes del siglo XX.