Cada día es más necesaria una interrelación entre las ciencias. Ningún científico competente de una rama de las ciencias se puede considerar un completo ignorante de la metodología de las otras ramas. Todos los que se dedican a las ciencias empíricas acaban o comienzan haciendo filosofía y todos los filósofos, para pensar correctamente en filosofía han de tener buenos conocimientos de ciencias empíricas y formales y de su metodología. El estudio de esta materia no ha de ser memorístico. Lo que se pretende es que el alumnado haya trabajado los principios metodológicos y las formas de razonamiento en ciencias y sepa donde encontrar lo que necesita para hacer un buen trabajo de investigación: cómo tomar una muestra, qué diseño experimental se ha de aplicar, cómo crear hipótesis, qué test estadístico es el que conviene utilizar para ver si se puede refutar la hipótesis nula y qué es el nivel de significación. Entramos en una sociedad donde cada vez más, domina el concepto de plurilingüismo. En este sentido, la Unión Europea tiene especial empeño en que sus ciudadanos miembros hablen dos lenguas más, además de la propia, y por eso muchos países de la Comunidad Europea han intentado introducir en sus sistemas educativos diferentes modelos de enseñanza de un idioma. Este modelo de colegio “bilingüe” ha sufrido una rápida evolución desde la década de los 80 y cada día tiene más popularidad, ya no sólo en centros privados y elitistas, sino que también toma gran protagonismo en los centros públicos.