Misales, relatos eróticos; suena a profanación. Con un gesto que inició Rubén Darío y el modernismo, Marosa di Giorgio abre un aura sagrada y a la vez libertina, un amor casto y profano, una convivencia de lo místico y de lo carnal. Vuelve a unir lo que estaba dividido por milenios de dogma. Elabora una mimesis en que participa lo animal, lo humano y lo divino, en diversas combinaciones, un despliegue trabado, rico, que recuerda las Metamorfosis de Ovidio. Más de uno, menos que dos: ésta parece ser la fórmula del funcionamiento autónomo de las pulsiones en Marosa di Giorgio. Huerto cerrado que abarca el universo, el cuerpo en Misales se excita de una zona a otra, de una región a otra. Roberto Echavarren "La perturbadora sensualidad que define toda su creación se transforma en estos relatos en franco erotismo. Cada cuento, cada "misa" explora, con inocencia y perversidad, misteriosos y diversos modos de lo erótico. La tensa calidad de su escritura y la radical originalidad de su fantasía ubican estos relatos en la mejor tradición del género: la de lo exquisito sacrílego." Ana Inés Larre Borges "La originalidad de la voz de Marosa di Giorgio se explica, entre otras razones, porque socava de un modo salvaje la cosificación del mundo, y por otro, entabla una crítica acerba contra los imperativos de la sociedad fundada en tabúes y prohibiciones." Enrique Foffani, La Nación "Su estilo es muy peculiar; se lo reconoce a la lectura de una línea cualquiera, y no se parece a nadie." César Aira, Diccionario de autores latinoamericanos.