La rivalidad entre los Leopardos y los del Encinar ha pasado del campo de juego a la vida cotidiana del colegio, y cuando se enzarzan en una pelea, el director decide que el castigo ha de servir también para que establezcan lazos de amistad entre ellos y este suceso deplorable no vuelva a ocurrir. De modo que deciden llevar a los dos equipos a una especie de campamento para jugar al fútbol que, dada la escasez de medios de colegio, resulta ser más bien la casa del terror. ¡Terroríficamente divertido!