Juan de la Cruz, el poeta del misticismo, una de las figuras universales del siglo XVI español, es estudiado en este libro, en su vida, pensamiento y experiencia, por medio de una síntesis de sus elementos conflictivos y paradójicos. Se describe a Juan de la Cruz como un "rebelde sumiso", disidente que defiende sus ideas preocupado por no abandonar nunca la disciplina eclesial.