Aborda la estancia del fundador de la Institución Teresiana en el santuario de Covadonga (1906-1913). Durante aquellos años decisivos para la política educativa española, San Pedro Poveda elabora un programa radical de acción cristiana en el campo de la pedagogía, desde una doble convicción: la inaplazable necesidad de que los cristianos participen activamente en el proceso de estatalización de la enseñanza y el papel profético al que son llamadas las mujeres en ese contexto. Su Ensayo de Proyectos Pedagógicos no es sin más un producto regeneracionista, sino una aportación renovadora a los planteamientos de la modernidad española. Se estudian, así, sus relaciones tanto con el modelo de escuela de Andrés Manjón como con el programa de la Institución Libre de Enseñanza. Por medio de este diálogo entre fe y cultura, que culmina con la fundación de la Institución Teresiana, se procura mostrar la evolución entre el establecimiento de las Escuelas de Guadix y la apertura de las primeras Academias en Asturias.