Este trabajo es un retrato de la villa de Morata a mediados del siglo XVIII. La documentación que generó el Catastro de Ensenada es una oportunidad para analizar cómo era la villa allá por 1750, para saber a qué se dedicaban sus habitantes, cuál era la situación de su economía o su trazado urbanístico. Agricultores, artesanos o comerciantes; nobles o jornaleros; pertenecientes al clero o al estado llano, esta obra es un recorrido por la vida de los morateños, por sus calles, casas y caminos o por sus edificios más emblemáticos en un periodo muy concreto de su devenir histórico.