San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo, fundador de la Congregación de Misioneros Redentoristas y doctor de la Iglesia (1871), fue proclamado por el Pío XII "patrono de confesores y moralistas". Creador de publicaciones y actividades apostólicas, su misión eclesial continúa vigente en centros académicos, así como en la pluma y la oración de moralistas eminentes com B. Häring y M. Vidal. En los cuatro tratados que forman este libro, San Alfonso enseña también caminos de perfección y de ascenso a la cima de la unión con Dios. "El núcleo central de la espiritualidad alfonsiana es Jesucristo, manifestación suprema del amor de Dios al hombre, que pide a su vez respuesta de amor en el mismo Cristo" (M. Vidal). Por eso, su espiritualidad se centra en la práctica del amor a Jesucristo. En este sentido, San Alfonso va de la mano de Santa Teresa de Jesús, "mi abogada" -dice él-. San Juan de la Cruz, San Francisco de Sales y muchos autores más fluyen de la pluma del santo Doctor, que los va enriqueciendo, sobre todo, con textos bíblicos.