Juan XXIII promulgó Pacem in terris el 11 de abril de 1963, en un contexto mundial dominado por la construcción del muro de Berlín (1961), la creciente hostilidad entre occidente y el bloque comunista, el constante surgimiento de guerras locales y la falta de estabilidad de los pueblos surgidos tras el proceso de descolonización. Circunstancias que no distan demasiado de la época actual. En esta encíclica, el Papa Roncalli insta a respetar y fomentar la convivencia humana y los derechos y deberes del hombre, y propone una serie de normas para la acción del cristiano en el mundo. Pacem in terris es, aún hoy, tema de estudio no sólo como documento del magisterio pontificio, sino en el campo de las relaciones internacionales y del derecho de los pueblos.