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EUROPA Y LA FE (BELLOC, HILAIRE)

A través de las páginas de este agudo ensayo histórico, Hilaire Belloc explica cómo la Iglesia católica, en las Edades Oscuras, ayudó a salvar Occidente, preservando lo mejor de la civilización griega y romana y cómo los europeos, todavía hoy, se benefician de instituciones sociales y formas políticas de indudable origen católico. El lector de Europa y la fe, a lomos de la colosal erudición y perspicacia de Hilaire Belloc, verá con nuevo fulgor los cuatro periodos clave de la historia europea: - Desde el paganismo a la Roma cristiana del Imperio. - Desde el Imperio Romano a las Edades Oscuras. - Desde las Edades Oscuras al Medioevo. - Desde el Medioevo a la Reforma y Contra-Reforma. Escrito a comienzos del siglo XX, con la cuestión europea -al igual que hoy e día- en el centro del debate intelectual occidental, sus juicios permanecen asombrosamente acertados. Además, leer a Hilaire Belloc produce un raro placer, estemos de acuerdo con él o no. Su prosa aúna el rigor científico, el discernimiento filosófico, la chispa del humor inglés y el talento del genio literario. Muy posiblemente, no se ha escrito mejor visión de conjunto de la historia europea y de la civilización occidental que Europa y la fe. Las verdades que contiene son perennes y su estilo punzante y ameno.

EL ESTADO SERVIL (BELLOC, HILAIRE)

Este libro ha sido escrito para sostener y probar la verdad siguiente: Que nuestra sociedad moderna, en la cual sólo unos pocos poseen los medios de producción, hallándose necesariamente en equilibrio inestable, tiende a alcanzar una condición de equilibrio estable mediante la implantación del trabajo obligatorio, legalmente exigible a los que no poseen los medios de producción, para beneficio de los que los poseen. Con este principio de compulsión aplicado contra los desposeídos, tiene que producirse también una diferencia en su estatus; y a los ojos de la sociedad y de la ley positiva, los hombres serán divididos en dos clases: la primera, económica y políticamente libre, en posesión, ratificada y garantizada, de los medios de producción; la segunda, sin libertad económica ni política, pero a la cual, por su misma falta de libertad, se le asegurará al principio la satisfacción de ciertas necesidades vitales y un nivel mínimo de bienestar, debajo del cual no caerán sus miembros. Hilaire Belloc (de la introducción a la obra) El Estado Servil causó una honda impresión al poco tiempo de su publicación, de manera especial en el economista austriaco Friedrich Hayek, quien en su obra más celebérrima Camino de servidumbre alaba la profundidad y acierto del análisis de Belloc.

EL CAMINO DE ROMA (BELLOC, HILAIRE)

A comienzos del siglo pasado, un emocionado y bravucón Hilaire Belloc, de pie frente a la imagen de la Virgen a la que tantas veces rezó en su infancia, hizo la siguiente promesa: “Partiré de este lugar donde, por mis pecados, serví bajo las armas; haré a pie todo el camino y jamás utilizaré máquina alguna que ande sobre ruedas; dormiré al raso y recorreré treinta millas al día; oiré misa todas las mañanas y estaré en la Misa Mayor que se oficie en San Pedro el día de San Pedro y San Pablo”. Y así, de esta manera, dio comienzo a su peregrinación –y a este libro–, cuyo colorido, vitalidad y exuberancia lo convierten en una de las joyas olvidadas de la literatura del siglo XX. Después de numerosas jornadas, paisajes y anécdotas, bien regadas con vinos, cervezas y aguardientes, “concluí –escribe Belloc- algunos meses después en un punto donde pude cumplir mi voto final, habiendo quebrantado todos los demás uno a uno, según oiréis”. El camino de Roma es, pues, el relato de una peregrinación desde Lorena hasta la Ciudad Eterna. En ella, Bellloc nos descubre la nobleza de las cosas sencillas. Nos demuestra que si sabemos mirar la realidad, ésta siempre nos ofrece razones para maravillarnos. Cualquier lector que acerque sus pasos a los de Belloc, sentirá que le acompaña personalmente en su peregrinación. En el fondo, también en esa otra peregrinación que, sin excepciones, a todos nos ocupa.