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DEMASIADOS COCINEROS (STOUT, REX)
“Debo confesar que el gusto por la comida es una de mis principales características y la descripción de los platos preparados por el cocinero de Nero Wolfe me ha procurado un gran placer y el deseo de probar sus sugerencias. Quizá por esta razón, me gustó especialmente Demasiados cocineros.” AGATHA CHRISTIE La élite de la gastronomía mundial celebra su reunión quinquenal en el lujoso Balneario Kanawha. El detective Nero Wolfe, refinadísimo gastrónomo, pronunciará la conferencia de clausura. Le acompaña en el viaje su ayudante Archie Goodwin, pero el diáfano panorama se tuerce pronto con el asesinato de uno de los quince maestros. Odiado el muerto por la mayoría, cualquiera podría ser el autor del crimen, pero cuando uno de ellos es acusado injustamente, Wolfe decide intervenir. Las historias de Nero Wolfe fueron nominadas como Mejor Serie de Misterio del Siglo en Bouchercon 2000, la mayor convención de libros de misterio del mundo, y Rex Stout fue nominado como Mejor Escritor de Misterio del siglo XX.

SONÓ EL TIMBRE (STOUT, REX)
"Siempre hay algo especial en las novelas de Nero Wolfe. Este hombre pertenece ya a nuestra cultura." THE NEW YORK TIMES BOOK REVIEW. "Nero Wolfe, el gordo detective de las novelas de Rex Stout, está por encima de sus rivales. Es un excepcional personaje de ficción." THE NEW YORKER. "Los personajes de Rex Stout siempre actúan en un eterno presente." UMBERTO ECO. Nero Wolfe, investigador privado de aspecto imponente por su gordura, gastrónomo finísimo y apasionado cultivador de orquídeas, recibe la visita de la señora Rachel Bruner, una viuda multimillonaria neoyorquina. Su primer gesto es dejar encima del escritorio de Wolfe un cheque de 100.000 dólares. A continuación, expone su situación: el FBI la vigila, sigue todos sus pasos y los de su familia. Quiere que el investigador la libere de este cerco insostenible. Archie Goodwin, su joven y avispado ayudante, juzga imprudente aceptar un encargo que puede tener unas consecuencias funestas para la renovación de sus licencias de detectives privados. ¿Se siente Wolfe seducido por la considerable suma de dinero puesta a su alcance? No del todo. Wolfe ha caído en otro tipo de fascinación: enfrentarse al todopoderoso director del FBI, J. Edgar Hoover, temido incluso por la Casa Blanca, y siniestra figura vinculada a la ‘caza de brujas’ de la década de 1950. Vender a Hoover será para él un placer tan refinado como comerse un soufflé Armenonville o crear una luminosa y exótica orquídea.