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PROSA DE LA ILUSTRACIÓN, LA . D-37 (FEIJOO, BENITO JERÓNIMO / JOVELLANOS, GASPAR MELCHOR DE)
Si para los ilustrados todo está al servicio de la transformación de la sociedad, la literatura toda -no sólo el teatro, según se apuntaba antes- cobra un sentido nuevo: la literatura sirve para la difusión del nuevo ideario. Y si la literatura se entiende como un medio de comunicación más que como un medio de expresión, los literatos de la época no pretenderán innovar los géneros literarios, sino servirse de ellos en tanto que les sean útiles para transformar la sociedad. Al no buscar innovaciones, se atienen a los modelos clásicos, aquellos que pueden ser comprendidos mejor por el público, sin necesidad de bucear entre recursos retóricos para descifrar textos a menudo triviales o manidos, como sucedía -según criticaron los ilustrados- con tantos autores barrocos.(De la Introducción de Manuel Camarero)

EL PELAYO. TRAGEDIA (JOVELLANOS, GASPAR MELCHOR DE)
Este volumen acoge la primera edición crítica de El Pelayo de G. M. de Jovellanos (1744-1811), una tragedia escrita en 1769, corregida en 1771-1772 y lista para imprenta en 1773, que no vio la luz hasta 1832, debido a que Jovellanos desistió de publicarla tras un encontronazo con la censura. No obstante, él mismo dirigió un montaje en Gijón en 1782, diez años antes de que Luciano Comella plagiara y alterara la obra, representándola y publicándola como Munuza en Madrid en 1792. El Pelayo es el primer proyecto literario de envergadura de Jovellanos, y supone su decidida participación en una pionera política cultural, que pretendía dotar a la escena española de un repertorio acorde con los referentes literarios europeos contemporáneos, con los modernos presupuestos estéticos neoclásicos y con los parámetros ideológicos de la Ilustración. Al calor del celebrare domestica facta horaciano, Jovellanos aborda la materia pelagiana a partir de la rebelión de Pelayo y los gijoneses contra Munuza y, en constante tensión con la Historia y la preceptiva literaria, construye un discurso de implicaciones políticas y éticas que fija aquel momento para el imaginario colectivo como el de los «principios de la restauración de la patria», cuyos derechos inalienables había conculcado el tirano. De todo ello se da cuenta en la extensa introducción a cargo, como la edición, de Elena de Lorenzo, directora del Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII de la Universidad de Oviedo. El nuevo texto de El Pelayo, acompañado de los varios prólogos y notas que Jovellanos escribió para la obra y de su contestación al anónimo censor, se fija a partir del cotejo de la primera edición de 1832 con los manuscritos de la Biblioteca Nacional de España y el Museo Casa Natal de Jovellanos de Gijón, y con el Munuza de 1792 (una edición deturpada, pero cuya base es la versión primitiva del propio Jovellanos).

EL DELINCUENTE HONRADO (JOVELLANOS, GASPAR MELCHOR DE)

La comedia lacrimosa se nutre de la epistemología sensista sentimental inglesa y francesa (Locke, Shaftesbury, Condillac), del pensamiento humanitario de la Ilustración (Montesquieu, Beccaria, Rousseau) y de la pintura social lacrimosa de la escuela de Greuze. Con una acción que entre lágrimas lleva al borde de la muerte, se instruye al público sobre los beneficios sociales de las profesiones y el amor de la familia. " Si las lágrimas son efecto de la sensibilidad del corazón, ¡desdichado de aquel que no es capaz de derramarlas! " (acto I, escena III). Ningún autor inglés ni francés del nuevo género lo logra mejor que Jovellanos. La comedia sentimental es una forma tragicómica evolucionada dentro de la escuela neoclásica; pero al mismo tiempo toda la literatura va evolucionando hacia el romanticismo y el realismo. Es así realista el medio de " El delincuente honrado " (1773), y el manejo del carácter y de la situación se descubren como brillantes anticipos de " Don Álvaro o la fuerza del sino " (1835), del duque de Rivas.