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L’EDUCACIÓ SENTIMENTAL (FLAUBERT, GUSTAVE)
L'educació sentimental recorre la inquieta vida amorosa i social del seu protagonista durant una trentena d'anys. El jove Frédéric Moreau s'estableix a París el 1840 per estudiar Dret, fet que vol aprofitar per seduir la dona de qui està enamorat, Marie Arnoux, casada amb un ric marxant d'art. Davant les seves dificultats per aconseguir-ho, té relacions amb diverses dones, però manté la seva atracció per Marie. Mentre ell alhora tracta d'accedir a l'alta burgesia parisenca, debat de forma animada amb els seus amics i coneguts sobre la presa de consciència política durant la crisi que eclosiona amb la revolució de 1848.En la seva obra de maduresa, el gran novel·lista Gustave Flaubert hi aboca experiències autobiogràfiques com la seva passió per una dona casada més gran que ell, i la seva vida a la capital francesa. Història irònica i pessimista a la vegada, el genial autor hi mostra una visió crítica dels arquetips socials retratats, amb què configura una vasta i incisiva panoràmica de la seva època.

LÍBANO-PALESTINA . VIAJE A ORIENTE (FLAUBERT, GUSTAVE)
Procedentes de Alejandría, Flaubert y su amigo Maxime Du Camp emprenden en Beirut, ciudad de partida de esta segunda parte del Viaje a Oriente, un largo periplo que, del 19 de julio al 19 de diciembre de 1850, les llevará desde Líbano hasta El Pireo, pasando por Palestina, Siria, Asia Menor y Constantinopla. Como en las páginas consagradas a Egipto, el texto de esta segunda etapa sigue siendo lacónico, telegráfico a veces, cercano al prontuario y deslumbrante por momentos. Paisajes, creencias, gentes, ritos y costumbres cosechados por un escritor que, entre entusiasmado y contenido, trata de captar imágenes susceptibles de acrisolar la experiencia de su viaje por Oriente. Ilustrado con fotografías de Maxime Du Camp

DICCIONARIO DE LOS LUGARES COMUNES (FLAUBERT, GUSTAVE)
'Excepción. Decir que confirma la regla. No arriesgarse a explicar cómo () Libro. Cualquiera que sea, siempre demasiado largo () Republicanos. No todos los republicanos son ladrones, pero todos los ladrones son republicanos.' Diccionario de los lugares comunes: proyecto literario (concebido en 1847 y publicado póstumamente en 1911) en el cual Flaubert, mediante un agudo sentido del humor y una ironía incisiva, apelando a un caudal de citas famosas, frases hechas y pruebas (que demuestran lo contrario), despliega una crítica intensa a la mediocridad burguesa de su tiempo (y quizás del nuestro).

MADAME BOVARY . MIL LETRAS (FLAUBERT, GUSTAVE)
«Madame Bovary» es, sin lugar a dudas, una de las novelas más importantes de la literatura universal. Su publicación en 1856 suscitó un proceso por ofensa a la moral pública y a la religión, del que Flaubert salió absuelto. Favorecida por el escándalo, la novela inició a partir de ahí su camino a la gloria, que el paso del tiempo no hace sino acrecentar.

TODO LO QUE QUERÍA DECIR SOBRE GUSTAVE FLAUBERT (DE MAUPASSANT, GUY)
Gustave Flaubert se encargaría de dirigir los primeros pasos en la literatura de Guy de Maupassant, y sabemos por la correspondencia entre ambos que el discípulo obedecía sin titubear todas las indicaciones del maestro. Posteriormente, será Maupassant quien escriba algunos de los textos más lúcidos que existen sobre la obra de Flaubert y sobre su personalidad. Precisamente los que recogemos en esta edición, donde se reproducen ideas, citas y juicios del autor de Madame Bovary sabiamente entremezclados con anécdotas y recuerdos. Los ensayos reunidos en Todo lo que quería decir sobre Gustave Flaubert tienen, además del mérito de ser de los primeros en dar cuenta de la novedad y trascendencia del método y la concepción de la novela de éste, tan contrario a todo lo que estaba en boga por entonces, el de no someter su obra a ninguna teoría literaria preconcebida. Como un verdadero médium, Maupassant deja en todo momento que su maestro, y también amigo, se exprese a través de él.

PENGUIN READERS 6: MADAME BOVARY BOOK & MP3 PACK (FLAUBERT, GUSTAVE)
Emma Bovary is a dreamer. She escapes from her boring life with her father by marrying Charles, a doctor, but married life does not bring her the love and excitement she expected. She looks for love outside her marriage, and one of literature?s great tragedies begins to unfold.

ORIENTE MEDIO, GRECIA, ITALIA . CARTA DE VIAJE (FLAUBERT, GUSTAVE)
Entre julio de 1850 y abril del año siguiente Gustave Flaubert recorre Jerusalén, Siria, Líbano, Constantinopla -todo ello territorio otomano en la época-, Grecia e Italia. Acompañado por su amigo, el fotógrafo Maxime Ducamp, continúa un periplo iniciado nueve meses antes en Egipto, dejándonos el impagable testimonio de su correspondencia, inédita hasta hoy en castellano, que recoge este volumen. (El Nilo. Cartas de Egipto. Gadir, 2011, recoge su correspondencia desde Egipto.). Encontramos aquí a un Flaubert familiar, relajado y muy próximo. Las cartas están llenas de observaciones deliciosamente subjetivas, y al mismo tiempo, intensas, reflejo de las dotes de observación de su autor, de su enorme capacidad literaria y de una filosofía entusiasta del viaje: «¡Ah, cuánto echaré de menos mi viaje, y cuando vuelva a hacerlo, me recitaré a mi mismo el eterno monólogo: Imbécil, no gozaste lo suficiente!» «De todos los excesos posibles, el viaje es el más grande que conozco; el que se inventó cuando nos cansamos de los demás». Sus glosas de Constantinopla, de Atenas, de Roma y Nápoles son deliciosas, de esas que impulsan al viaje.

ESTUPIDARIO . DICCIONARIO DE PREJUICIOS (FLAUBERT, GUSTAVE)
Desde muy temprano se observa en los escritos de Flaubert una hostilidad violenta hacia esa actitud que busca la norma y cuyo principal atributo es la estupidez. En el Diccionario de prejuicios, Flaubert ordenó un número considerable de palabras con intención de mostrar el uso que hace de ellas un «estúpido ideal», es decir, las opiniones sustentadas por una mayoría, que gozan de la aprobación general. El Estupidario es una recopilación de frases y citas que ponen en evidencia la vacuidad y estupidez del saber humano, encarnadas en estimaciones sobre la historia, descripciones del otro mundo, juicios y definiciones sobre el arte, afirmaciones sobre el efecto nocivo de las novelas en las mujeres, las enfermedades, como la ninfomanía, a las que pueden conducir las Bellas Artes, etc. Estas dos obras, fruto de lecturas ingentes, constituían el material sobre el cual Flaubert pretendía edificar la última parte de Bouvard y Pécouchet, en la que los dos peregrinos del saber, convencidos de la vacuidad del conocimiento, acometen la magna empresa de catalogar la estupidez portentosa de los hombres.

SALAMMBÔ (FLAUBERT, GUSTAVE)
«Salammbô» apareció en las librerías el 24 de noviembre de 1862. Su éxito fue inmediato y duradero. Eugenia de Montijo se enfrascó en la novela hasta altas horas de la noche y el Emperador se interesó por los ingenios de guerra inventados por Flaubert. «Salammbô» se puso de moda. En los carnavales de 1863 las señoras se disfrazaban de cartaginesas. Sin embargo, la prensa satírica caricaturizó a los personajes de la novela y la crítica sería mostró ciertas reservas hacia la novela. Para Flaubert la escritura de «Salammbô» fue una tarea gozosa y dio en ella a concomer el rico tesoro de imágenes, formas y colores traídas de su viaje a Oriente, conjugando la emoción plástica con la resurrección del pasado. " He querido fijar un espejismo aplicando a la Antigüedad los procedimientos de la novela moderna " , afirma Flaubert a propósito de «Salammbô». Flaubert se revela en su novela como un refinado pintor de masas y de paisajes que sumergen al lector en una atmósfera de ensueño, pero también en una brutalidad de pesadilla. Todo un compendio de atrocidades son descritas en una novela que no sólo es representativa de un clima moral e intelectual, sino que es también expresión de algunos de los más íntimos anhelos y actitudes de su autor.

OBRAS (FLAUBERT, GUSTAVE)
El estilo de Flaubert. ¿Quién podrá definir un estilo al que «solo se llega con un trabajo atroz, con una obstinación fanática y entregada», según él mismo decía? Porque el estilo no es solo la palabra: es esa misteriosa combinación que produce la armonía del cuadro. Una minuciosa, obsesiva tarea de documentación, que podía conducirlo a leerse una biblioteca para apuntalar detalles; la sonoridad, resumida en otro dicho suyo: «una idea es tanto más hermosa cuanto más sonora es la frase»; la precisión, la plasticidad, ese buscar en la prosa el nivel artístico del verso que le hacía decir: «Dar a la prosa el ritmo del verso (dejándola prosa y muy prosa) y escribir la vida ordinaria como se escribe la historia y la epopeya». Lo había vislumbrado el canónigo quijotesco más de doscientos años antes cuando dijo que «la épica también puede escribirse en prosa como en verso» (I,47). Leyó mucho, aunque con decidida selección. De los contemporáneos apenas respetó a Victor Hugo (su " Notre Dame " lo había seducido de joven), un poco a Leconte de Lisle, y menos a Balzac, al que consideró genio «de segundo orden» por su estilo desaliñado: «¡Qué hombre habría sido Balzac si hubiera sabido escribir!». Al desdén por los contemporáneos opuso la lectura apasionada de los clásicos: habla de la «inmensidad» de Shakespeare; de Montaigne como «padre nutricio»; alaba a Rabelais por la libertad, la desmesura, lo grotesco. Leyó a Voltaire -que quizá alimentó su precoz anticlericalismo-, a Goethe, a Byron, y varias veces el Quijote, del que, quizá con exageración, aseguraba que de niño sabía de memoria.