En este libro no encontraremos las memorias de una paciente en su afán irrefrenable por narrar sus peripecias hospitalarias. Tampoco es un manual de autoayuda, ni un ajuste de cuentas o un memorial de agravios. No es un ensayo que trate de probar tesis sesudas que pasen a los anales de la historia. Este libro es, en realidad, algo más cercano a la bitácora: unas líneas de navegación por las que transcurre la vida después de haber descarrilado de la normalidad y haberse visto obligada a buscar otros surcos en los que hacer camino al andar. Esto inaugura una perspectiva nueva de la vida, tanto propia como ajena, en cuanto a proyectos y prioridades se refiere: los hábitos comunicativos, la escala de sensibilidades, la rareza de la enfermedad y la enfermedad como rareza. El resultado es cercano e irónico, y no busca la incorrección pero da la espalda a la corrección porque cuentas las cosas como son. Algo muy difícil de hacer hoy en día.