La escuela tiene la tarea de cooperar para que la persona llegue a su plenitud en todas sus dimensiones, para que llegue a ser todo lo que puede llegar a ser. Para ello, trabajar el interior es un elemento necesario: parar, reposar, observar, pensar, respirar, meditar... En un mundo tan veloz, distraído y ruidoso como el actual, el cultivo del universo interior es el regalo más exquisito para los alumnos. Este libro ofrece propuestas prácticas explicadas en detalle e interesantes recursos creativos, incluidas canciones, para aplicar en el aula.