En una habitación de hotel de una ciudad balneario del sur de Francia, un hombre enfermo y cansado se ahorca ayudado por un joven. Seis días antes, Simon Marechall conoce en un parque a Bernard, que aún no tiene veintidós años y está convaleciente de un accidente laboral. Le ofrece trabajo como chófer e inician juntos un viaje repleto de incidencias extrañas, pasajeros accidentales y destinos peligrosos. La verdadera profesión de Simon –asesino a sueldo– y el auténtico motivo del viaje sobrecogen al joven Bernard, pero éste parece tener una singular facultad «para adaptarse a las situaciones más absurdas, un don innato para encajar los golpes». Quizá el contacto con el crimen y el asesinato no le hagan perder la inocencia.