Lejos de tener estos relatos un carácter moralizante, algo que por su talante dogmático no corresponde de manera directa a un trabajo de creatividad literaria, sí exponen una sucesión de situaciones que de alguna manera exaltan valores fundamentales, llevando a la persona por caminos de dignificación humana hacia metas de felicidad. El amor a la libertad, el respeto a la diferencia personal del prójimo, el amor a la naturaleza, la exaltación imaginativa y la fantasía como arma contra rutina y dolores, melancolías de la vejez, valoración de la amistad, añoranzas y desvalimientos por las malas historias sufridas... Son relatos en los que Julio Alfredo Egea vuelca su sensibilidad en permanente compromiso con la Poesía, que es tanto como decir con el Amor y la Vida.