Tras la gran exposición en Ginebra de los fondos del Museo del Prado evacuados el Gobierno republicano durante la Guerra Civil, las obras volvieron a España amenazadas, en esta ocasión, por el inicio de la Segunda Guerra Mundial, hechos narrados magníficamente en el libro de Arturo Colorado, " Éxodo y exilio del arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil " . Pero en la inmediata posguerra, en su campaña antirrepublicana, el franquismo pivotó sus mensajes sobre dos comparaciones históricas, la del robo de los " rojos " con el saqueo napoleónico y la de la " nueva España " con la vuelta a las glorias del imperio. Era el irredentismo patrimonial, de " rescate de las obras robadas " durante la guerra o de reparaciones revanchistas de viejas deudas del enemigo francés, ahora vencido por los amigos nazis. La acusación franquista del saqueo del patrimonio tuvo su continuación en la búsqueda de obras de arte, salidas unas por vía oficial hacia Suiza o Francia, por decisión del Gobierno de la República o de los Gobiernos de Cataluña y del País Vasco, y otras por vía del robo. El " rescate " franquista no diferenciaba entre una u otra salida, pero como bien sabían los responsables, las facilidades para cado caso eran muy diferentes. Las primera fueron prácticamente entregadas por los republicanos, comunicando dónde se encontraban; las segundas, sin embargo, dependían de las detenciones de la policía francesa, de la colaboración de la Gestapo o de las denuncias llegadas a la Embajada.
El bombardeo de la Alemania nazi nos cuenta la historia, dramática y heroica, de la guerra aérea conjunta de estadounidenses y británicos contra la Alemania de Hitler que ayudó a terminar con la Segunda Guerra Mundial en Europa. A través de magníficos dibujos y una narración trepidante, los tripulantes, soldados y políticos de ambos bandos toman voz sobre el combate aéreo con el que creían que podrían ganar la guerra, sometiendo al enemigo a base de bombardeos, destruyendo su industria bélica y devastando su moral. Contada desde la perspectiva de todos los participantes, norteamericanos, británicos y alemanes, esta obra nos presenta una de las campañas más importantes de la Segunda Guerra Mundial en un formato emocionante e innovador.
«Lo que me admira, dice Dios, es la esperanza. Y no me retracto. Esa pequeña esperanza que parece de nada. Esa niñita esperanza. Inmortal. Porque mis tres virtudes, dice Dios. Las tres virtudes, criaturas mías. Niñas hijas mías. Son también como mis otras criaturas. De la raza de los hombres. La Caridad es una Madre. Una madre artiente, toda corazón. O una hermana mayor que es como una madre. La Esperanza es una niñita de nada. Que vino al mundo el día de Navidad del año pasado. Que juega todavía con el bueno de Enero. Con sus pequeños pinos de madera de Alemania cubiertos de escarcha pintada. Y con su buey y su asno de madera de Alemania. Pintados. Y con su pesebre lleno de paja que los animales no comen. Porque son de madera. Pero esa niñita atravesará los mundos. Esa niñita de nada. Sola, llevando a las otras, atravesará los mundos concluidos. Una llama traspasará las tinieblas eternas».
Este volumen monográfico aborda por primera vez de manera sistemática el análisis del diálogo literario durante la segunda mitad del siglo XVII. A partir de la floración de la escritura dialógica producida durante la época renacentista, se estudian las principales tendencias que caracterizan la trayectoria de los diálogos barrocos. La variedad temática de los mismos justifica el interés de su interpretación global para acercarse a la mentalidad de aquella época. Las obras y autores analizados incluyen modelos de comportamiento (B. Gracián), itinerarios místicos (A. Cruz, J. Batlle), libelos políticos a favor o en contra del hermanastro de Carlos II, Juan José de Austria, y críticas de los falsos cronicones (J. Moret, P. Fernández Pulgar), si bien destaca por su singularidad el diálogo sobre la bolsa de Ámsterdam compuesto por el sefardí Joseph de la Vega. En conjunto, el género dialogado se diferencia frente al tratado y otras formas discursivas por su capacidad para desarrollar temas con un orden menos riguroso, en dependencia directa de la mímesis conversacional y de la caracterización de los interlocutores, que son componentes imprescindibles para definir su hibridismo genérico entre la ficción literaria y la argumentación doctrinal.
Durante la Segunda Guerra Mundial no solo acontecieron grandes batallas protagonizadas por los ejércitos aliados y del Eje, sino que también hubo un espacio reservado para otra forma de combatir, para los engaños en los que primó el ingenio, para las guerrillas en territorio enemigo, en definitiva, para las denominadas operaciones especiales. Todos los países sin excepción llevaron a cabo esta forma de lucha de un modo u otro, desde los Comandos británicos hasta la División Brandenburg alemana, pasando por el Longe Range Desert Group (LRDG), el Special Air Service (SAS), los Rangers o algunas unidades de las SS.
Este libro propone explorar las relaciones entre las políticas conmemorativas oficiales de la Segunda República y los discursos del nacionalismo español a fin de arrojar luz sobre el tema de la existencia y los posibles elementos constitutivos de una ciudadanía española republicana, entendida ésta como uno de los fundamentos del régimen y de la nación en ese momento. A partir de la demostración de que sí hubo una política conmemorativa durante este periodo ?más o menos orquestada según las circunstancias y el lugar de ejecución?, se analiza qué papel y qué significados se le fueron asignando a la idea de nación en estos actos rituales de la política, si la nación actuó o no como vehículo cohesionador entre los diferentes republicanismos de aquellos años y en qué medida este mecanismo cultural de la política pudo haber contribuido a la formación y socialización de esa idea de España como nación republicana.
Con su estilo narrativo único y su profundo conocimiento de nuestra historia reciente, Norman Stone se ha propuesto describir seis años del más sangriento conflicto nunca habido, con cerca de 50 millones de muertos. Una guerra que consumió al mundo y en la que estuvieron implicadas las fuerzas aliadas por un lado y Nazis, fascistas y el imperio nipón por el otro. Desde los orígenes suscitados por las graves depresiones económicas del periodo de entreguerras hasta el estallido de las bombas atómicas en Nagasaki e Hiroshima, pasando por la invasión de Polonia, el frente del este, las batallas en el norte de África, Burma y la guerra en el Pacífico. Stone desgrana los principales acontecimientos con su estilo ágil en este único y conciso volumen.
No hay otro período de la historia contemporánea española que sea tan poco y mal conocido como la llamada ?década ominosa?. Una colección de tópicos sobre ?el rey felón? y los mártires del liberalismo ?Mariana Pineda, Torrijos y compañía- han venido a ocupar el lugar del conocimiento histórico y nos han impedido entender mejor una etapa de transición sin la cual resultan incomprensibles tanto la génesis como los límites de la revolución liberal posterior. Este libro del profesor Fontana, fruto de muchos años de investigación, nos ofrece una visión alternativa que, contra la imagen tradicional de un régimen y una sociedad inmóviles en el tiempo, nos muestra cómo han surgido en su interior las fuerzas que iban a obligar a emprender un camino de reformas, y cómo se han situado, frente a ellas, los defensores de un inmovilismo imposible, que iban a iniciar, mucho antes de la muerte de Fernando VII, unas ?guerras carlistas? en que la sucesión no era el motivo real, sino más bien un argumento de legitimación. Aunque la naturaleza misma del absolutismo, estrechamente ligado a la voluntad y a las decisiones del monarca, obligue a mantener la atención fija en su persona y en sus actos, el profesor Fontana nos muestra también la lucha interna entre los grupos que se movían en su entorno y, más allá de estos corredores del poder, la forma en que la sociedad española ha vivido estos cambios, y ha participado en ellos, además de situar todo el proceso en el contexto europeo de su tiempo, apartándonos, así, del mito de la excepcionalidad española.
Si bien es un hecho conocido que España nunca participó oficialmente en la Segunda Guerra Mundial, no es menos cierto que fueron muchos los pilotos españoles que durante el período desde 1939 a 1945 tuvieron la oportunidad de enfentarse a aviones de país
A comienzos de 1930 Nancy Wake disfrutaba la vida bohemia de París. Antes de que finalizara la Segunda Guerra Mundial era la persona más buscada por la Gestapo. Después de ser testigo de la crueldad de la violencia nazi en Viena, Nancy se prometió a sí misma que haría todo lo que estuviera en sus manos para liberar Europa de su presencia. Su primera misión, hacer de correo entre los miembros de la Résistance, la llevó a organizar una eficacísima red de fuga para prisioneros aliados en Francia, tan eficaz que no tuvo más remedio que huir del país al saber que la Gestapo la tenía en su punto de mira. Los alemanes no conocían su identidad, pero la llamaban «Ratón Blanco», por la facilidad con la que se les escapaba de las manos. Comprometida en la lucha contra los nazis, huyó a Londres, donde se alistó en los servicios secretos británicos. Tras un duro entrenamiento fue arrojada en paracaídas de nuevo en Francia, donde ayudó a coordinar la poderosa acción del maquis. Adiestró a los guerrilleros, fue la responsable de organizar el material que los aviones británicos lanzaban en paracaídas, recorrió cuatrocientos kilómetros en bicicleta por caminos de montaña para localizar a un operador de radio: su apasionada entrega a la causa hacía que nada le resultara imposible.
Este libro aborda un período corto, pero crucial, en la historia reciente de España: los veintiún meses entre la derrota de la insurrección izquierdista de octubre del 34 y el alzamiento derechista de julio de 1936. Debe recordarse que el PSOE y la Esquerra de Cataluña plantearon textualmente como guerra civil su insurrección de octubre de 1934 contra la II República. Su derrota no indujo a las izquierdas a cambiar de actitud, revolucionaria en los partidos mayores y radicalmente intolerante hacia la derecha en los demás. La derecha, a su vez, salvó a la república en aquella ocasión para caer rápidamente en divisiones y maniobras suicidas. Esta combinación de tendencias convierte esos meses en un período con carácter propio, del más alto interés político e histórico. A lo largo de él se fueron esfumando, como en una tragedia griega, las posibilidades de convivencia pacífica y en libertad, hasta llegar al choque sangriento entre dos concepciones de la sociedad en general y de España en particular, a una contienda cuya magnitud y trascendencia nadie podría haber previsto
Hubo otros muchos héroes en la Segunda Guerra Mundial cuyos nombres no son tan conocidos como los de los generales norteamericanos Patton y Eisenhower, pero cuyas valerosas acciones contribuyeron a ganar la guerra. Son las heroínas de la Segunda Guerra Mundial. Algunas de ellas ya eran famosas antes de la guerra y otras lo serían después, pero la mayoría eran mujeres corrientes. Peluqueras, relojeras, trabajadoras sociales, estudiantes universitarias, adolescentes y esposas, todas ellas mujeres muy distintas entre sí que solo tenían una cosa en común: la indignación hacia los actos de Hitler. Cada una de estas mujeres, procedentes de distintos países y actuando en distintas misiones, pudieron hacer realidad lo que con indignación tenían que ver día a día durante el tiempo que duró la contienda: Maria von Maltzan, la condesa que escondía judíos; Josephine Baker, la espía cantante; Hannie Schaft, el Símbolo de la Resistencia; Pearl Witherington, la correo que se convirtió en líder; Marlene Dietricht, la artista que convirtió en estandarte su lucha contra Hitler y su régimen Relatos inspiradores de la vida de estas mujeres durante la II Guerra Mundial, algunas de ellas todavía en su adolescencia, cuyo coraje marcó una diferencia en los oscuros días de la guerra.