En la hora en que el Maestro Cantero, autor de este conjunto de cartas, percibe la inminencia de su Muerte, para no dejar cabos sueltos, con esfuerzo sobrecogedor, ordena su vida y prepara el legado que debe dejar en herencia a su hijo, aprendiz de su mismo oficio. En un cofre deposita las herramientas con las que ha trabajado durante toda su vida, y escribe unas cartas en las que le explica qué debe hacer con cada uno de los instrumentos legados para llegar a merecer el honor de ser un Hombre de Oficio, un Maestro del Arte. En cada una de las cartas y siguiendo los principios de las Enseñanzas Masónicas de Knum, le va instruyendo progresiva y concienzudamente en lo quintaesencial. Aquella misteriosa enseñanza que cultivaba el Arte hacia fuera en simetría especular con el del Arte hacia dentro, se resumía en tres frases muy sencillas: Sé el Misterio. Permanece en el Misterio. Respira el Misterio. 10