La Semana Santa y el Tiempo Pascual concentran muchos esfuerzos pastorales en las comunidades cristianas, a pesar de las amenazas de los desplazamientos vacacionales. Este libro es una referencia de lo que se puede hacer tanto en las comunidades con presencia de presbíteros como en aquellas que no disponen de la posibilidad de un presbítero en la celebración dominical. A estas comunidades les queda siempre lo esencial: la reunión, la proclamación y escucha de la Palabra, la oración y la animación fraterna para ser testigos del Resucitado en la vida ordinaria. El autor ofrece sugerencias con posibilidad de elección de homilías, gestos, peticiones… Una riqueza que exige a los encargados de la celebración preparar y elegir lo que es más apropiado para la asamblea concreta que presiden.