Dorothea Tanning, que comenzó su carrera poética a los 94 años y que vio publicado su segundo poemario, Si llegamos a eso, pasado el siglo de edad, se definía a sí misma como «la más vieja de los nuevos poetas emergentes». No obstante, sus poemas son el reflejo de un profundo imaginario simbólico, desarrollado durante décadas a través de su pintura, y la frescura de quien experimenta y juega con un nuevo lenguaje.