La crítica de la religión recorre el conjunto de la obra de Karl Marx (1818-1883), desde los escritos juveniles hasta El capital. Más allá de sus inicios filosóficos, servirá para poner de manifiesto las insuficiencias de la emancipación política burguesa o desenmascarar el funcionamiento del capitalismo con el análisis del fetichismo de la mercancía. Las consideraciones de Walter Benjamin sobre la lógica religiosa del capitalismo otorgan a esta crítica una nueva vigencia.