Todas las noches una madre le cuenta un secreto a su hija. Algo que le ocurrió de pequeña y que siempre le sirve de excusa para enseñarle que todo en la vida puede tener varias lecturas. Hace mucho tiempo, el director de mi colegio me mandó a su despacho por haberme enfadado con mi amiga María y haberle roto el reloj. Pensé que se me iba a caer el pelo, yo nunca había estado en el despacho del director y no me gustó nada, parecía un calabozo. Pero allí me di cuenta de algo muy importante...