Aunque no te lo creas en tu desierto interior se esconde un pozo. Ve en su búsqueda y cuando lo encuentres nunca más tu vida pasara sed. Échate al camino, tus pies de caminante son como flores, tu alma crece y tu corazón florece. Todos tus pecados se destruyen con las fatigas del camino. Tu fortuna se sienta si tú te sientas, se eleva cuando tú te levantas, duerme cuando tú duermes, se mueve cuando tú te mueves. Por lo tanto échate al camino. Tu vida la cambiaras tú, encontrando tu pozo tendrás bajo tus pies un trampolín hacia la libertad. Sigue tu camino paso a paso, con coraje, fe y determinación. Poco a poco tus pasos se volverán firmes y tu posición fuerte y flexible. Un camino que nunca hubieras imaginado será para ti la senda más agradable que nunca hayas seguido. Ese es tu camino, solo tuyo. Tu espíritu puede salvaguardar muchas distancias y trepar numerosas dudas y montañas. No lo olvides en tu nacimiento no hay ninguna fatalidad. Tú te creas a ti mismo. Un libro es siempre de dos autores, yo que lo he escrito y tu que lo lees. He escrito lo que he leído en mi para escribirlo en ti.