Cuando los directivos de la empresa donde ha trabajado durante años prescinden de sus servicios, Jesús decide sacar a pasear el tonto que lleva dentro. Tras un bigote postizo (que trata con sumo cuidado) se convierte en otra persona, y de tanto fingir se olvida de cómo era antes y todo se vuelve artificial. Desde esa nueva posición puede vivir cada suceso cotidiano como una apasionante aventura.