Robinson Crusoe y Foe componen una sola novela sobre los naufragios, personales y colectivos, sobre la inexistencia de tierras vírgenes, sobre los Viernes que Occidente esconde en el desván. «Como Odiseo en su singladura hacia Ítaca o como el Quijote montado sobre Rocinante, Robinson Crusoe, con su loro y su sombrilla, se ha convertido en un personaje de la conciencia colectiva de Occidente.» Con estas palabras, Coetzee reconoce un mito que puede y debe ser objeto de reescritura, de relectura, de parodia... En los cimientos de ambos libros, las causas y consecuencias del imperio colonial británico.