Un padre, hacia el final de su vida, habla a su hijo para expresarle toda su 'desolación'. Su rencor contra todos, sus parientes, sus amigos, la gente con la que se cruza en la calle, y muy especialmente contra su hijo. Un hijo que se ha convertido en un 'adaptado' a una época blanda y conformista, la nuestra, en la que reinan la trivialidad de las apariencias, la prudencia timorata, un hijo cuya única ambición es ser feliz y que se larga al otro confín del mundo para broncearse bajo los cocoteros.