Vauvenargues nació en 1715. El mundo en este año parecía tan vacío como pudo parecer a la generación de 1915 o a la nuestra - falto de gracia, de fe, de fervor, de magnanimidad. Ésta es la razón de que Vauvenargues aparezca en estas páginas en franca rebelión contra la superficialidad de su época, lo que tiene para el lector de hoy un marcado interés, especialmente porque las experiencias del gran provenzal y los acontecimientos que desencadenaron su desilusión y fueron causa de su fervor, eran muy parecidas a las experiencias generales y a los acontecimientos universales de nuestros días. La actualidad de sus escritos aquí seleccionados no sólo deriva de su honda decepción, sino de cómo dio cima a una posible filosofía de la vida.