La laringe es un órgano complejo. Respirar, deglutir, hacer esfuerzos físicos y naturalmente hablar, no pueden llevarse a cabo correctamente sin ella. La voz transmite no sólo lo que tenemos que decir, sino también nuestras emociones. Entre un 5 % y un 10 % de la población de los países desarrollados sufre algún trastorno de la voz. Aunque la mayor prevalencia de las alteraciones vocales ocurre entre los 25 y los 45 años, en todos los grupos de edad son frecuentes y trascendentes. La disfonía infantil es a menudo el comienzo de la evolución natural de un problema crónico. La presbifonía y la disfonía en pacientes de riesgo pueden ser llamadas de alarma para la detección precoz de enfermedades neurológicas, degenerativas u oncológicas.