Querido,

Han pasado unos días desde que nos despedimos durante estas festividades, y siento tu ausencia más intensamente que nunca. La alegría de la Navidad ha dado paso a una sensación abrumadora de vacío en mi corazón. Extraño cada uno de los momentos que compartíamos juntos, especialmente en esta época del año, cuando la felicidad se mezclaba con tu presencia amorosa.

El brillo de las luces navideñas no puede ocultar la sombra que dejaste en mi vida. Cada recuerdo, cada risa compartida y cada instante vivido juntos se ha vuelto aún más valioso en tu ausencia. La realidad de que ya no estás a mi lado es un peso difícil de llevar.

Aunque ya no puedo abrazarte físicamente ni escuchar tu voz, tu amor y tu esencia permanecen conmigo en cada rincón de nuestro hogar y en cada latido de mi corazón. Tus enseñanzas, tu bondad y tu amor perduran en mí y en todo lo que hago. Eres y siempre serás una parte indeleble de mi vida.

En este nuevo año, enfrento el futuro con gratitud por haberte tenido como mi compañero. Aunque tu partida dejó un vacío imposible de llenar, me esfuerzo por encontrar consuelo en los recuerdos compartidos y en la dicha que trajiste a mi vida.

Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar, pero sé que tu amor sigue guiándome en cada paso que doy. Hasta que nos encontremos de nuevo, guardaré en mi corazón el amor que compartimos y te llevaré conmigo cada día.

Con amor eterno.