Nace en el año 800 en Córdoba (España) en el seno de una familia senatorial. Ordenado sacerdote, repartió su vida entre la contemplación dentro de los monasterios próximos a la ciudad y la cura pastoral. Viajó por buena parte de la península Ibérica y quedará como metropolitano en Toledo. Fue detenido dos veces, la última por esconder a una conversa hija de musulmanes. Debido al prestigio personal de Eulogio, fue juzgado ante el emir, aunque acabó condenado a decapitación, muriendo en el año 859. Sus reliquias fueron solicitadas y conseguidas por el rey astur, llegando a la capilla de Santa Leocadia de la catedral de Oviedo y, finalmente, a la Cámara Santa, donde allí reposan.