MI REINO POR UN PANETONE

Un signo de excelencia es el buen humor. Dicen de los chinos que en sus negociaciones, siempre buscarán un subterfugio para hacer perder el buen humor a la otra parte; así demostrarán que ELLOS tienen el control de la situación. El buen humor debería ser lo último que perdiéramos; buen humor hasta en el lecho de muerte.

Una anécdota histórica de Toscanini ilustra este pensamiento…

Como quizás muchos ya sepáis, en Italia, llegada la Navidad, es costumbre intercambiar con amigos y/o familiares un dulce típico llamado panetone. Pues bien, cuando, en cierto año en que Puccini y Toscanini se hallaban en uno de sus típicos y feroces enfrentamientos, llegaron esas fechas entrañables y Puccini dio la orden a su servicio de que enviaran los panetones a las direcciones de costumbre, entre las que se hallaba la del colérico director. Al darse cuent Puccini del error -el panetone ya había sido enviado- mandó un telegrama a Toscanini que venía a decir. PANETONE ENVIADO POR ERROR. ¿Sabéis cuál fue la genial respuesta de Toscanini? PANETONE COMIDO POR ERROR