Querido hijo,

En esta noche tranquila, quiero dedicarte estas palabras llenas de amor y añoranza. Tu amor por las motos era contagioso, y cada recuerdo me transporta a los momentos felices que compartimos.

Tus ojos brillaban con emoción cada vez que te subías a tu moto, sintiendo la libertad que solo la carretera puede ofrecer. Tus aventuras sobre dos ruedas eran un reflejo de tu espíritu intrépido y apasionado. Cada vez que escucho el rugido de un motor, siento tu presencia a mi lado.

La ausencia de tu risa y tus historias vibrantes es dolorosa, pero sé que tu espíritu sigue vivo en el viento que acaricia mi rostro y en cada curva del camino. Tu amor por la vida y tu valentía siguen inspirándome cada día.

Descansa en paz, mi amado hijo. Que las carreteras celestiales sean tan emocionantes como las que recorriste en vida. Aunque ya no pueda abrazarte físicamente, llevas siempre un lugar especial en mi corazón.

Con amor eterno,

[Tu Nombre]