Este Santo, Obispo de Tournai (Bélgica, 456-531), vivió en un periodo complejo en la historia de Francia. La Galia se convirtió en tierra de conquista de los francos del Rey pagano Clodoveo. Al Obispo le correspondió la misión de sembrar la Palabra de Dios entre los Francos, un pueblo rudo e idólatra. Los restos de este Santo reposan en la Catedral de Tournai, meta de muchas peregrinaciones.