Desde pequeño era cristiano. Nació en Astorga (León) y comenzó una vida de oración y penitencia viviendo al estilo de los antiguos eremitas. Los habitantes del lugar le empiezan a visitar en la ermita donde estaba instalado. Finalmente, terminó en un monasterio de Bierzo donde sigue con su vida penitente y orante. También dejó por escrito testimonios de la época. Terminó su vida a finales del siglo VII y sus reliquias se conservaron en el Altar Mayor de la iglesia del Monasterio de San Pedro de los Montes, cerca de Ponferrada.