Nació en torno a 535 y su familia emigró a Sevilla. En cuanto tuvo la edad, Leandro ingresa en un monasterio. Entonces España estaba impreganada de arrianismo y el Rey Leovigildo asentó en Toledo la capital del reino visigodo. Leandro fue obligado a abandonar su Iglesia y su patria. Pero en su regreso convocó el III Concilio de Toledo y, desde entonces, comenzó una conversión paulatina a la fe Católica de los arrianos visigodos. Desde entonces hasta 601, Leandro dedicó su vida a la atención de sus obligaciones pastorales.