Nació en Barcelona y sus padres confiaron su educación en unos canónigos. Preparó sus estudios para el sacerdocio y se distinguió por su piedad sincera y su afición por leer a los Santos Padres. Anhelaba la perfección espiritual y para ello se retiró al Convento de Canónigos Regulares de San Agustín. Al morir el Obispo de Barcelona, le sucedió en el cargo, participó en algunos concilios y logró derrotar a los herejes dada su preparación intelectual. Murió en 1137.