Una niña pequeña que tenía muy mal genio, cogió una rabieta tal que le arrancó el pelo a su niñera y le escupió en la cara. Su mamá que era bastante beata, en lugar de castigarla, le dijo que era el demonio quien había hecho todo eso. A lo que la niña repuso: «Puede ser que me sugiriera tirarle del pelo, pero lo de escupirle fue idea mía». 

SIGUE…

Nosotros podemos decir lo mismo: el diablo nos enseñó a pecar en primera instancia, pero luego hemos aprendido a hacerlo muy bien por nuestra cuenta».